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La policía tiene la última palabra. Tendrá tiempo para pensar en ello. ¡Dejadme salir! ¡Abridlo! Creo que Jean tiene algo que preguntarte. ¡Espantoso! ¡Fue espantoso! Oí que la gente gritaba y se caía, pero no podía ver nada. ¡Paul! No esperaba verle aquí. ¿Entonces, es su hija? Sí, doctora. Lo siento, debí creer en ti. Verla en el escenario me impactó. Casi rompo nuestro compromiso por su hija. Pero dejémoslo atrás. Te pareces a tu padre. Ven conmigo, ven. El biberón del señor Gérard. ‪¡No, Jean! Durante la primera fase de apego, la madre debe alimentar al niño. Ya te lo he dicho. Querida, parece que no tengo derecho a darle su biberón El bebé es muy sensible. Si llora por la noche, no te preocupes. Me preocupaba que fuera malo para él. No debe acostumbrarse a dormir con la luz encendida. Seguiré sus consejos, gracias por venir. ¿Qué haríamos sin ti, Lili? No subestimes a Brigitte, es una madre maravillosa. Tienes toda la razón. La niña grande se ha convertido en la perfecta ama de casa. Subtítulos: Elena Armisén Blasco Sólo con que te tranquilizases un poco, Rolandsen, y pensases en el signifcado de la vida. Hendriksen, capitán de un barco costero, hacía tiempo que tenía la intención de convertirse en el yerno de Big Mack. Confío en que nos acompañe a cenar en casa, capitán. La fábrica de pegamento de Mack estaba junto al arroyo, al otro lado del pueblo. Ove Rolandsen tenía alquilado un alojamiento muy barato, con el pescador Levion. El telégrafo tenía su propia fábrica de pegamentos, aunque más pequeña. El pegamento de Mack era conocido en todo el país como el mejor. “Mejor y más barato que el de Mack”, era el eslógan de Ove Rolandsen para su experimento. Dicho experimento mostraba un buen progreso y Ove quería trabajar en su “fábrica” hasta el amanecer. Enok el pescador se acababa de “despertar”, así que no era extraño que estuviera levantado tan temprano. Siempre comprobaba su red. y las de los demás. ¡Ven, Rolandsen! Ese ladrón de Enok está sentado allí, vaciando mis líneas. ¡Tú serás mi testigo! Has de prometer que me enseñarás a tocar el laúd. Toma, cógelo.
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