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ahí con mi mamá y todo esto. Llegaban uniformados y ponían las metralletas ahí, a un lado de la pared. Y, pues, luego sí me las enseñaban, ¿no? Me decían cómo usarla y todo eso. Y cuando bajamos de la Academia, nos asignaron al sector en el centro. Prácticamente, ahí donde yo vivo, ¿no? Donde crecí, donde me… Donde viví toda mi infancia. Sí solicité que me cambiaran porque… era un poco difícil eso. No tanto por conocer a los vecinos, sino que como ahí existe mucha maldad, mucha delincuencia… También el temor de que me fueran a hacer algo, ¿no? O que yo fuera a detener a algún delincuente, un ratero o algo, y las represalias con la familia, ¿no? No puedes estar aquí. A ese lado. ¿Por qué? ¿Por qué? No puedes estar aquí. [música de fiesta] Oficial. Controla a tu amigo. Te voy a dar, cabrón. Cuidado, amiga. ¿Qué pedo? Échese un trago, oficial. ¿Qué pedo? Pasa de aquel lado. Pinche salario que te pagan… ¡Ya, cabrón! …es por mí, los tres pinches huevos que te comes a la semana. [mujer] ¡Ya! No le hagas caso. ¿No tienen baño? Si es un arbolito, está bien, chinga. [Montoya] No puedes mearte ahí. [hombre ríe] [Montoya] Pasa de aquel lado. Pasa de aquel lado. [mujer] Ya, vámonos. Ya, váyanse. Llévatelo. [continúa música de fiesta] ¿Qué? ¿No les vas a hacer nada? No puedo. ¿No puedes? Son derechos humanos. Si estuvieras en Estados Unidos, este ya estaría… Yo vivo en Miami. Y a la primera de eso… suelo. Así es, estamos en México. Iba pasando en mi moto, me gusta mucho la moto. Ya era policía, tiene unos dos años. Lo volteé a ver y le digo: “Oye, ¿tú eres Raúl?”. “Sí”. “¿Cómo estás? ¿Te acuerdas que íbamos a la escuela en la primaria? Que nos subíamos a un edificio a volar papalotes, esto y aquello”. “¿Qué, cómo has estado?”. “Bien”. “¿A qué te dedicas?”. Le digo: “Yo soy policía, ¿no? ¿Qué crees que me metí…?”. Y me dice: “Ah, tú ya eres puerco”. Le digo: “¿Y tú?”. “No, pues me aventé una bronca, salió mal y… pues me entambaron. Me aventé dos años”. [gritos y risas de niños] [Montoya] Y fíjate que… este chavito… hay veces que él me defendía, o había veces que yo lo defendía.
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